Imagínese a un amigo afirmando que los marcianos vinieron a la Tierra y que viven entre nosotros, los humanos. Le explicas que no hay señales de Marte en la Tierra, y que muchos años de estudio del planeta Marte (Marte) Las organizaciones espaciales y los centros científicos no han dado ninguna indicación de que existan formas de vida simples, y mucho menos especies más sofisticadas o especies inteligentes, y eventualmente civilizaciones que puedan completar con éxito los viajes espaciales. En su respuesta, su amigo argumenta que los marcianos no están interesados en ser vistos por los humanos, y que los centros científicos y académicos están dirigidos por estos marcianos, y de hecho, son los que gobiernan a los humanos, y debido a que esclavizaron a los humanos, no nos permiten descubrir sus verdades. En tal situación, no importa cuánto continúes la discusión o trates de proporcionar documentación científica o evidencia más convincente para refutar la hipótesis del lado opuesto, tu amigo puede descartar tu evidencia como evidencia manipulada y sin valor, y al final, el resultado de la discusión no cambiará.